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1976, Una cárcel llamada Libertad.
- Eduardo Galeano.
- 18 may 2018
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 4 ene 2021
Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didasko le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños circulos entre las ramas.
¿Son naranjas? ¿Que frutas son?
La niña lo hace callar. Y en secreto le explica:
-Ssshhhh -Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.
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